Habrían, al menos dos maneras
de andar en línea recta
en un laberinto.
Cuando es propio
no hay dobleces.
Al se compartido,
de andar en línea recta
en un laberinto.
Cuando es propio
no hay dobleces.
Al se compartido,
se derrocan muros
y todos quedamos expuestos
fuera de nuestros recovecos.
No pude salvar a nadie.
A una la quería como usted
quiere que la quiera, a otra
como yo quisiera quererla.
y todos quedamos expuestos
fuera de nuestros recovecos.
No pude salvar a nadie.
A una la quería como usted
quiere que la quiera, a otra
como yo quisiera quererla.
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