25.7.08

La abuela Teresa*


Mi Abuela Teresa, la de los magos, decía que si no fuera por la visión espiritual, eso del pesebre sería algo terrible.

Por ejemplo la presencia del burro y la vaca en el cuadro podría, en algunos hombres no tan dotados como la acémila o en mujeres cuyas glándulas no emularan las ubres, causar un profundo despecho.

Igualmente con los maridos que dudaren de la paternidad de sus hijos frente al desapego incondicional de José. Ante la virginidad de María el desconcierto es aún mayor, sobre todo en aquellas que quieren parir, con todo derecho, después de haber gozado.

La rubiedad del niño confunde a aquellos que pretendiendo iluminarse recurren al agua oxigenada. Los angelitos solo arios, los pastores sumisos… ¡mal ejemplo!!! Y el único negro es rey.

Frente al pesebre mismo, como tal, muchas madres se conformarían en convalecer, posparto, dos en una cama de maternidad; sin exigir mejores servicios.

Si no fuera por lo simbólico y lo subjetivo… ¡mi nieto!...ella decía.


* Es que como usted sabe, soy descendiente
de los tres Reyes Magos. Resulta que, por aquel entonces, una "Abuela" mía vivía cerca del pesebre, era curandera, partera, esas cosas.
Es más cuando los Reyes Magos salieron de sus tierras les dijeron: ¡Contáctense con Teresita que es la dura de por allá!
Los RM ni cortos ni perezosos fueron a parar con mi "abue" y
de ese intercambio de truquitos y cosas
es que desciendo yo.

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